sábado, 16 de enero de 2016

LA EDUCACIÓN SUPERIOR Y EL CAMPO LABORAL


LA EDUCACIÓN SUPERIOR Y EL CAMPO LABORAL

Sociólogo Carlos Velásquez

Un punto de mucha preocupación y que se viene considerando desde hace mucho tiempo, es la relación necesaria entre teoría y práctica, esto es fundamental desde la concepción misma de las ciencias puras y las ciencias aplicadas, donde la primeras aportan teorías, leyes, formulas, principios, postulados, axiomas, etc, y las segundas tratan desde una perspectiva pragmática solucionar o explicar problemas concretos. Obviamente el elemento teórico es base fundamental sobre la que se sostiene toda ciencia, la cual a su vez al tener como una de sus características la falibilidad, solo puede resolver muchas situaciones que se le presentan mediante el aprendizaje y la verificación empírica.
Para abordar la relación entre  la educación superior y el campo laboral es necesario  tener claro que la aplicación del término empirismo, en la actualidad, tiene un significado  flexible, y se  usa en relación con cualquier sistema filosófico que extrae todos sus elementos de reflexión de la experiencia. William James en Estados Unidos denominó a su filosofía empirismo radical, mientras John Dewey precisó el término de empirismo para definir y describir su noción de la experiencia. En relación con el empirismo, como parte fundamental del aprendizaje, y la formación profesional que reciben los estudiantes en las universidades para su posterior participación en el campo laboral, es importante señalar que se observan serias deficiencias en ese proceso y en la mayoría de los casos se le imputa toda la responsabilidad a las universidades, pero ¿dónde quedan las empresas privadas y públicas en ese proceso?, ¿dónde están los convenios de las universidades con los empresarios para que estos también enseñen basados en su formación académica, pero sobre todo en su experiencia laboral? La conexión entre el sector empresarial, el gobierno y las instituciones educativas debe concretarse para dar mayor empuje al proceso de transformación que la sociedad exige. En ese sentido, es necesario precisar que no se trata de que el profesor universitario sea desplazado por el empresario en su rol docente, se trata de una actitud complementaria que llene el vacío innegable que existe entre las instituciones educativas y el campo laboral y que, por supuesto, las universidades realicen esfuerzos internos por tratar de acercar al estudiante a la realidad empresarial, que en muchos casos dista bastante de lo que se imparte en clases.
 Cabe destacar que el sector privado tiene un rol muy importante que desempeñar en el proceso educativo venezolano. Es necesario, que el empresario se incorpore activamente, junto con las instancias educativas a formular y ejecutar un proyecto educativo nacional, que disminuya la gran separación existente entre la formación académica y el trabajo en las empresas. Vemos como aparecen avisos en los periódicos solicitando profesionales con experiencia mínima de dos a tres años, en la mayoría de los casos. Pero, ¿dónde adquirir esa experiencia práctica de contacto directo con el medio de trabajo, y cómo  recibir al menos formación de quienes se desenvuelven como empresarios?
Una vez que los profesionales comienzan a trabajar en las empresas, estos reciben capacitación y entrenamiento, lo cual no es suficiente para lograr un recurso humano altamente calificado para el trabajo. El profesional joven sale de las universidades con un cúmulo de conocimientos teóricos y con poca o ninguna práctica relacionada con lo que va a encontrar en el medio laboral. Esto, en parte, como resultado de recibir formación académica de algunos docentes sin experiencia profesional, quienes en algunos casos solo han cambiado su posición en el salón de clases, del pupitre al escritorio. Todo esto persiste, a pesar de que hay la posibilidad de cursar o realizar un programa de pasantía con la ayuda de un tutor académico, sin embargo ésta se desarrolla, en la mayoría de los casos, sin el seguimiento apropiado del tutor empresarial y con ausencia del trabajo coordinado entre los tutores correspondientes.
Por otro lado, es probable que los docentes entendamos la necesidad de preparar un profesional mas acorde con la realidad venezolana, que los empresarios comprendan que deben incorporarse activamente en la formación del recurso humano en sus diferentes etapas y que el gobierno analice y profundice en la forma de crear cambios en el proceso educativo, tomando como puntos básicos la demanda real profesional del país. Pero ¿sinceramente queremos que esos cambios ocurran?, muchos hablan y claman por los cambios, pero que no se los propongan nunca a ellos mismos porque inmediatamente lo consideran un atentado al “orden establecido” y a  sus propios intereses personales. También sabemos que el  ser humano, por lo general tiende a perpetuarse en el tiempo y en el espacio, sufriendo y oponiéndose cada vez que las circunstancias le reclaman cambiar.

DOCENTE UNIVERSITARIO (UDO)



 

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